Argentina y un titulo que invita a soñar

Con gol de Di María, De Paul como figura y un Messi épico, la selección nos invita a creer en el futuro.

La selección Argentina de fútbol consiguió mucho más que un título de Copa América el día sábado en Río de Janeiro; primero porque fue la décimo quinta vez que alzó el trofeo, con el adicional de que lo hizo luego de 28 años sin títulos para nuestro futbol y segundo, porque fue en Brasil, contra el local y en el mismísimo Maracaná, dándole un tono épico que no se olvidará jamás en lo deportivo.

El título y la actuación nacional a lo largo de toda la copa, nos permitió ver a nuevos jugadores demostrando que pueden estar defendiendo la camiseta, la reivindicación de algunos de los históricos que pudieron finalmente consagrarse y el tan negado título para Lio Messi, ya que el astro argentino pudo finalmente disfrutar de levantar un trofeo con la selección mayor.

Ahora, más allá de hacer los análisis futbolísticos respectivos de rigor, de si juega mejor o peor la selección, de que cambios hay que hacer y demás, lo que está claro, es que este título permite hacer un análisis de todo lo que se puede lograr si se lo aprovecha, no solo en lo deportivo, consolidando un equipo que nos permita ilusionar con el campeonato del mundo en Qatar, sino desde lo formativo, ya que vimos que colectivamente cuando se tira todos del mismo lado, se pueden conseguir grandes cosas y sobre todo, que un equipo vale más que grandes individualidades que te salven.

Por ello, más allá de todo lo que vendrá, habrá que ver si la Argentina puede servirse de este logro, para consolidar el progreso del equipo, transformarlo en un proyecto serio a largo plazo y donde los cimientos que se forjaron se solidifiquen, dándole la solidez necesaria que le permita resistir las tempestades que suelen causar los malos resultados, ya que al fin y al cabo, no solo se trata de ganar o perder, sino de aprovechar el camino recorrido.

Párrafo aparte merece Scaloni, que soportó críticas de las buenas y mal intencionadas y tuvo el temple para forjar un equipo, además de que supo cambiar cuando debió. Ahora estará en él seguir por esa senda y evitar que la espuma del título lo nuble y le impida seguir por el mismo camino, para que el logro conseguido no sea una excepción, sino que se transforme en cotidiano; el crédito está abierto y que mejor que aprovecharlo levantando copas.

Por: Guillermo Boris