Peces Raros en Plaza de la Música: arquitectura sonora en modo Artificial

El viernes pasado, la maquinaria electrónica de Peces Raros se desplegó en Plaza de la Música con la precisión de un engranaje que ya viene girando desde hace rato. La gira Artificial 2025 hizo escala en Córdoba con la misma puesta en escena que cerró el 2024 en Obras: minimalismo calculado, luces quirúrgicas, una estética que no distrae sino que encuadra.

No hubo espacio para la improvisación, pero tampoco para lo predecible. Todo suena y se ve como si estuviera diseñado en un laboratorio de sonido: nítido, oscuro, exacto. El dúo convirtió el escenario en una cápsula de concreto digital, donde cada compás tiene lugar y
cada pausa, sentido.

La plaza, que ya ha visto de todo, se adaptó a esta propuesta como si hubiese sido pensada para eso. No fue un show, fue una instalación sonora en movimiento, una línea recta de beats y sintetizadores que no mira hacia los costados.

Peces Raros no necesitan empujar el clima: lo construyen desde el primer segundo y lo sostienen con la frialdad de quien sabe que ya está todo dicho desde la primera base. Salieron, hicieron lo suyo, y se fueron sin estridencias. De eso se trata este viaje: de no explicar nada y dejarlo todo sobre la mesa.